- "Fragilidad ..."
Fue sólo un
instante y el disco de pasta de 78, con el vals "Desde el alma", por
Francisco Canaro y Nelly Omar, en el lado 1, y con "Nobleza de Arrabal",
en el lado 2, quedó así.
No me puedo perdonar tanta torpeza, por no haber cuidado esta reliquia. No puedo ser así.
- Me estoy preguntando si está bien esto de seguir viajando y
musicalizando con los discos de vinilos por todos lados, tomando aviones
y trenes, por calles y ciudades muy frías o muy calurosas, soportando
bajas y altas temperaturas. Los discos de vinilo que sobrevivieron más
que mi vida a un sinfín de contratiempos, abandono y olvido, están
empezando a tirar la toalla, o a pedir un reposo, tanto cuando están
sonando o cuando están en silencio.
Ya hay muchos que están
empezando a saltar, como hace unas noches en una milonga sucedió con el
hermoso tango "Paciencia", de la Orquesta de Juan D'Arienzo. Y cuando un
vinilo salta, salta para siempre. Y cada día que pasa es un día más que
pasa. Y como yo, es más viejo, tienen frío y calor, y se enferman.
Nosotros diagnosticamos que saltan.
Y sí, los vinilos suenan
diferente, como sonó el tango por muchísimos años, como se escuchaba
cuando en la radio se escuchaba casi todo el día tango, y como lo
escucharon toda su vida los abuelos, de los que heredé el tango y los
vinilos, entre tantas cosas de la vida maravillosas. Como lo escuché yo
de niño, en la fiestas familiares.
Será un falta de respeto que yo
los arruine en unos pocos años, después de tanta supervivencia?, tendrá
sentido?, o será sólo un sentimiento egoísta de parte mía?
En los
últimos años estos mismos discos de vinilo hicieron bailar a los
tangueros de Europa y Asia, en festivales y milongas. Y muchos ni
siquiera supieron que no era mp3, que cada tango, vals o milonga debía
ser cambiado en el momento, que había un mínimo margen de error para ser
encontrado el próximo tango, vals o milonga de la tanda.
Ya en
Buenos Aires soportarton los viajes en taxi desde mi casa al Salón
Canning o a La Nacional, etc y sobre todo me soportaron a mí.
Creo
que tienen merecido su descanso. Y todo mi reconocimiento y gratitud.
Será que tanto ellos, como yo, estamos envejeciendo. Y yo me dí cuenta
recién cuando me empezó a pasar a mí.
- Damián Boggio.
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