jueves, 18 de julio de 2013

                                     - "Fragilidad ..." 

Fue sólo un instante y el disco de pasta de 78, con el vals "Desde el alma", por Francisco Canaro y Nelly Omar, en el lado 1, y con "Nobleza de Arrabal", en el lado 2, quedó así.
No me puedo perdonar tanta torpeza, por no haber cuidado esta reliquia. No puedo ser así.


- Me estoy preguntando si está bien esto de seguir viajando y musicalizando con los discos de vinilos por todos lados, tomando aviones y trenes, por calles y ciudades muy frías o muy calurosas, soportando bajas y altas temperaturas. Los discos de vinilo que sobrevivieron más que mi vida a un sinfín de contratiempos, abandono y olvido, están empezando a tirar la toalla, o a pedir un reposo, tanto cuando están sonando o cuando están en silencio.
Ya hay muchos que están empezando a saltar, como hace unas noches en una milonga sucedió con el hermoso tango "Paciencia", de la Orquesta de Juan D'Arienzo. Y cuando un vinilo salta, salta para siempre. Y cada día que pasa es un día más que pasa. Y como yo, es más viejo, tienen frío y calor, y se enferman. Nosotros diagnosticamos que saltan.
Y sí, los vinilos suenan diferente, como sonó el tango por muchísimos años, como se escuchaba cuando en la radio se escuchaba casi todo el día tango, y como lo escucharon toda su vida los abuelos, de los que heredé el tango y los vinilos, entre tantas cosas de la vida maravillosas. Como lo escuché yo de niño, en la fiestas familiares.
Será un falta de respeto que yo los arruine en unos pocos años, después de tanta supervivencia?, tendrá sentido?, o será sólo un sentimiento egoísta de parte mía?
En los últimos años estos mismos discos de vinilo hicieron bailar a los tangueros de Europa y Asia, en festivales y milongas. Y muchos ni siquiera supieron que no era mp3, que cada tango, vals o milonga debía ser cambiado en el momento, que había un mínimo margen de error para ser encontrado el próximo tango, vals o milonga de la tanda.
Ya en Buenos Aires soportarton los viajes en taxi desde mi casa al Salón Canning o a La Nacional, etc y sobre todo me soportaron a mí.
Creo que tienen merecido su descanso. Y todo mi reconocimiento y gratitud. Será que tanto ellos, como yo, estamos envejeciendo. Y yo me dí cuenta recién cuando me empezó a pasar a mí.

- Damián Boggio.




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